Ante el cerrojazo de los canales de crédito, cada vez más emprendedores españoles se aferran a la financiación de la FFF (family, friends & fools; familia, amigos y locos) uno de los mantras de la cultura emprendedora anglosajona. "Hay suficiente información para iniciar un negocio, pero el mercado adolece de financiación" alarman desde Confederación Nacional de Autónomos y Microempresas (Conae). Los planes públicos (el último dotado de 84 millones de euros) tampoco parecen satisfacer a los emprendedores por lentos y burocráticos. La segunda F del lema anglosajón va aterrizando en España. Los locos son redes de business angels y Fondos de Capital Riesgo que apuestan por invertir en nuevos negocios desde el inicio.
Según un estudio de las Cámaras de Comercio de España: El 86,3% de las pequeñas y medianas empresas (pymes) que acudieron a una entidad financiera en el último trimestre de 2010 (en torno a un millón de compañías) tuvo problemas para el acceso a la financiación. Pero en muchos casos el problema aparece